El protector auditivo debe reducir el nivel de ruido por debajo del nivel de acción que determine la normativa correspondiente.
La selección dependerá de las características del ruido (el nivel de presión acústica), el contenido en frecuencia, las características impulsivas o no del ruido, las características del trabajo y del trabajador.
La exposición diaria de un trabajador al ruido se expresa en dB(A), nivel diario equivalente, medida calculada y referida a 8 horas diarias.
Valores inferiores de exposición: Cuando no superan el nivel diario equivalente de 80 dB(A). El empresario deberá suministrar protectores auditivos a los trabajadores expuestos.
valores superiores de exposición: Cuando superen el nivel diario equivalente a 85 dB(A), todos los trabajadores deberán utilizar protectores auditivos, cuyo uso obligatorio se señalizará según lo dispuesto en el R.D. 1316/89.
Valores límite de exposición: Cuando superan el nivel diario equivalente a 87 dB(A). Nivel que no se debe superar en ningún caso y se tendrá que tener en cuenta el nivel de atenuación que proporcionan los protectores auditivos.
En el mercado hay una gran variedad de protectores antiruido con propiedades y formas variadas, si bien los podemos reducir a básicamente 2 tipos, a saber:
Conocidas como cascos protectores contra el ruido, consiste en un dispositivo de dos casquetes unidos entre sí por una especie de diadema de plástico. Ocupan todo el pabellón auditivo mediante sus almohadillas de espuma. Suelen tener un revestimiento interior que absorbe el sonido transmitido y atenúa el ruido ambiental. Casi todas las orejeras proporcionan una atenuación de unos 40 dB, para frecuencias de 2000 Hz o superiores. En ocasiones las orejeras pueden ir acopladas a un casco de seguridad industrial. El uso de las orejeras como equipo protector suele ser útil en entornos con ruidos intermitentes.
Los tapones para los oídos son un elemento de protección que se inserta en el canal auditivo externo para evitar dañar la capacidad de audición de quien los lleva. Se utilizan en ambientes con ruidos muy elevados, o para evitar que entre el agua, arena o viento. Se fabrican moldeables en material blando y flexible (pueden ser de vinilo, silicona, algodón o cera), y se comercializan en tamaño normalizado de forma que se pueden ajustar al canal auditivo de cualquier persona. Pueden ser desechables o reutilizables. Y suele ser útil su uso cuando hace mucho calor y/o humedad, o cuando el trabajador debe protegerse simultáneamente de varios riesgos y necesita utilizar otros protectores como mascarillas, gafas o pantallas faciales.